jueves, 29 de marzo de 2012


Influencia del multilingüismo en el léxico del español de Nicaragua

Doris Arlen Espinoza

En los estudios sobre el español de América, es natural que el examen de los vínculos de este con los idiomas amerindios sea uno de los aspectos más importantes. Ya Rufino J. Cuervo en su tiempo había señalado el ingrediente indígena como uno de los elementos básicos en la conformación de la lengua castellana del Nuevo Mundo. Actualmente, este tema ha sido y sigue siendo objeto de abundante investigación en el ámbito hispánico, si bien con diversidad de enfoques y con resultados y conclusiones divergentes e, inclusive, en algunos casos, antagónicos.
Para comprender la convivencia de dos o más idiomas en una misma región es conveniente aclarar el significado de algunos conceptos como el bilingüismo y sus niveles, tipos y características;  así como el papel fundamental de las etnias y el estudio de las mismas.

Nicaragua es una sociedad multiétnica y pluricultural debido a su histórico punto de encuentro entre culturas aborígenes, la colonización española e inglesa, inmigrantes africanos y orientales, especialmente en la zona atlántica de nuestro país, en donde la mayoría de las etnias conservan sus lenguas maternas y la reproducen (el 18% de los 566,393 habitantes de la Costa Atlántica de Nicaragua pertenecen a la etnia misquita, el 6.22% son creoles, el 2.24% mayagnas o sumus, el 0.43% garífunas y el 0.32% ramas. El otro 72% de dicha población es mestiza).

Por otro lado, a pesar de la extinción de las lenguas aborígenes en los territorios colonizados por los españoles, todavía existen algunas comunidades de origen Chorotega, Nicarao, Sutiaba, Matagalpa y Nahua, que conservan un fuerte vínculo con sus tradiciones.

Asimismo, se presentan tres grupos lingüísticos: Panamahkas, Twahkas y Ulwas. Sin embargo, las lenguas étnicas del Caribe que predominan son el Rama, el Garífuna y el inglés criollo.
La convivencia del castellano con los vernáculos amerindios del país durante cinco siglos puede verse desde las perspectivas diferentes de las dos partes involucradas. Desde el ángulo hispánico se logró la práctica unificación lingüística en reemplazo de la problemática situación inicial de acentuado multilingüismo, pero para la población amerindia el balance de los siglos de coexistencia ha sido la extinción de gran parte de su riqueza etnolingüística, la absorción de muchos grupos étnicos por el estrato dominante y el menosprecio y la injusticia de la sociedad mayor respecto de los grupos étnicos sobrevivientes.
Fuera del léxico, la influencia amerindia en el español de Nicaragua no ha sido constatada, salvo quizás el caso de algunos fenómenos gramaticales que se registran en el habla de la zona Atlántica del país, que contrastan notoriamente con la norma del resto del país y para los cuales el origen étnico es evidente.
De manera que aunque se afirme que el castellano es el idioma oficial de Nicaragua, es imprescindible reconocer que es zona plurilingüe en la que cohabitan más de cinco etnias. Aunque el protagonismo de estas se vea opacado política y geográficamente, el peso e influencia del multilingüismo amerindio ocupa un lugar importante en el léxico de Nicaragua, a pesar de que estén localizados en regiones específicas y a veces periféricas del país, alejados de los centros de poder y la cultura, forman una especie de collar etnolingüístico que se reconoce como un mosaico lingüístico.
Investigaciones de campo, en las fronteras geográficas y culturales de la coexistencia de la lengua española con vernáculos amerindios, cobijadas por marcos teóricos sólidos y actuales, están llamadas a sacar a la luz muchos nuevos aspectos de la integración de las lenguas indígenas a nuestras historias de las lenguas españolas, especialmente en lo referido al léxico