viernes, 7 de octubre de 2011

De mi percepción de la influencia de las migraciones en el español de Nicaragua


Desde sus inicios el español es una lengua producto de migraciones. De la romanización y posteriormente la latinización en la península ibérica surgen las llamados lenguas romances, de ahí surge nuestro castellano, el que producto de una nueva inmigración en el siglo VIII en la península, es decir, de la invasión musulmana, experimenta una fuerte influencia léxica del árabe, es por eso que en el español actual encontremos vocablos como como álgebraalmohadaalmirante (donde al- es artículo), aceite, o ajedrez, que provienen del árabe.

Ahh pero no contábamos con la Conquista con la que a medida que se expandía el imperio español también se iba expandiendo el español a través de los virreinatos (Perú, Nueva España, Nueva Granada, Río de la Plata, Filipina, Guam, Islas Marianas y las Carolinas). Pero en nuestros días el idioma español tiene sus propias características dependiendo del país o región de América. De ahí que ahora se hable del “español de Nicaragua”, el “español de Costa Rica”, el “español de Colombia”, etc.

Les dejo un mapa para que nos demos una idea de la conquista lingüística en nuestra América.


Pero volviendo al tema de la migración y su influencia con el lenguaje, que de hecho es un tema demasiado extenso, voy a limitarme a algunas características del intercambio lingüístico y fonético, sobre todo, entre los inmigrantes nicaragüenses en el vecino país Costa Rica.
Y digo “intercambio” porque aunque no lo queramos aceptar siempre hay un intercambio, ya sea cultural, culinario, y por supuesto lingüístico. Lo más relevante lo vemos en lo fonético. Rápidamente nos damos cuenta que un nica estuvo en Costa Rica, porque lamentablemente pierde su acento natural y adquiere el del país extranjero.

La fonética del español de Costa Rica tiene sus propias particularidades: pronuncian la "rr" no como un trino alveolar, como se hace en la mayoría de las regiones de habla española, sino como una consonante aproximante; la pronunciación de la "r" fricativa y sorda (sin vibración de las cuerdas vocales). Esta ocurre espontáneamente, en cualquier posición de la palabra y afecta tanto a la "r" trinante como a la simple. Esta variante convive con la primera y ocurre más comúnmente en el grupo "tr". En el habla culta es menos común; la "s" implosiva en casi todo el país, posición contraria al resto de Centroamérica donde muchas veces estas se omiten, en Costa Rica más bien se hace un énfasis en las mismas a la hora de pronunciarlas.*

Muy al contrario del español de Nicaragua, en donde nuestra característica principal fonética es la aspiración de la /s/ post vocálica como en muchas regiones de España e Hispanoamérica.

De manera que de repente escuchamos a nuestros nicas hablando “muy silbadito” y pronunciando la “r” fricativa. Y ni hablar de los regionalismos que intercambian, llegando a un punto en que algunos vocablos ya no se sabe si son nicaraguanismos o costarriqueñismos.
El nicaragüense habla rápido, es extrovertido, gesticula mucho al hablar. Al llegar de Costa Rica habla más pausado y tiene ese acento nada nica que lo delata, habla con diminutivos “illo, illa, ito, ico,”, como chiquillo, cosilla. Ya le dicen a los chigüines “chiquitos”, y para cualquier frase o enunciado inician con la muletilla “mae”. Le preguntás cómo estás y responde “pura vida”, en lugar de decir cualquier otro regionalismo nica equivalente (súper, diaca, diaverga, diacachimba, salvaje, fiera).

Aunque comprendo que para muchos compatriotas que emigran a Costa Rica en busca de trabajo y mejores condiciones de vida es hasta necesaria la asimilación del acento tico, para mí, opinión muy personal, me choca, me repugna escuchar a un nica hablando con ese acento, y no porque el acento me desagrade, sino porque es una forma muy tonta de perder identidad. Al menos en territorio nicaragüense deberían evitar dicho acento.

Los nicaragüenses tenemos nuestro propio acento y es algo de lo que deberíamos estar orgullosos. Orgullosos de usar el voseo en lugar del tuteo, orgullosos de nuestras frases y diptongaciones. Tenemos demasiada riqueza cultural, lingüística y gastronómica como para sentirnos inferiores. Ya que al adaptar costumbres y acentos extranjeros estamos siendo inferiores.


*Referencia: Wikipedia 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y si, es algo que siempre me ha llamado la atención, personas que van 3 o 4 meses fuera de Nicaragua y regresan con otro acento, ya sea Tico, Colombiano o cualquier otro.

El punto no es que caiga mal el otro acento, el punto es que como nacionales se debe conservar la identidad y no perder nuestro acento y forma de hablar :)

Arturo Aguirre dijo...

Dice un tío de mi esposa, auténtico nica jodedor, refiriéndose a este fenómeno de los y las nicas: "Se van a Costa Rica un mes y regresan hablando como ticos y se van a Estados Unidos veinte años y nunca hablan inglés"